Hace calor hoy, mucho calor. Supongo que de ahí mi somnolencia.
Esta mañana, en la consulta, entra una chica y nos cuenta que tiene dolor de estómago. Escucho, miro, apunto, lo mismo de siempre. F. se levanta y le pide a la paciente que se tumbe, que va a explorarle el abdomen. Me mira y me hace un gesto. ¿Qué? ¿Que la explore yo? Como el primer día, cuando saqué el fonendo de la mochila y escuché un corazón por primera vez. Me acerco, observo cómo se hace y me lanzo. La paciente está tranquila. ¿Y yo? Quizás un poco menos, pero también. Es obvio que no estamos en una situación de vida o muerte, pero para mí... Es lo que es, medicina en estado puro.
Bendita suerte he tenido.
Oh, sí señor, me recuerda a cuando yo era un mozo y extraí un módulo de RAM por primera vez en mi vida :D
ResponderEliminarque guay >.<
ResponderEliminarPues así es como aprendimos todos. Además, la parte de propedéutica (exploración) hay que hacerla con las manos. De nada sirve mirar.
ResponderEliminarA ver qué cosa pillamos en la consulta para ti la próxima vez... :)