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domingo, 20 de febrero de 2011

Charlas IX

Aquí os dejo una nueva conversación, cortita y bonita (al menos a mi parecer).


Empatía


Ella metió la llave en la cerradura y pasó al pequeño recibidor del piso. Se sacó las deportivas rojas con la punta del otro pie y colgó su gabardina negra en la percha. Suspiró y levantó los ojos. Él la miraba desde el sofá.
- ¿Qué tal la película? – le preguntó sonriente, mirándola. Cuando vio que ella estaba pálida y guardaba silencio, al borde del llanto, se levantó deprisa y se acercó a ella.
- Pues… bonita, sí – bisbiseó, y le dedicó una temblorosa sonrisa.
- Ni hablar – contestó él, lapidario - ¿estás bien?
Ella suspiro y se zafó de él, yendo hacia la cocina. Él se quedó en el recibidor, atónito, con los brazos caídos a los lados del cuerpo. Se encogió de hombros y la siguió hacia la cocina. En ese momento, ella salía de la cocina con un vaso de zumo de naranja en cada mano. Le extendió uno a él y dijo:
- Es bonita, sí – y le dio un sorbo al zumo. – pero…
- ¿Pero…? – interrumpió él.
- Es demasiado dura, demasiado triste. Demasiado – dijo ella, y bajó los ojos.
- Oh, vamos… - él puso los ojos en blanco - ¡es sólo una película! – le dijo, sonriéndole socarronamente.
- Maldita sea, ya lo sé. Ya sé que es sólo una película – dijo ella, algo enfadada, con los brazos en jarras – pero es demasiado dura. Sólo con imaginarme viviendo la misma historia, no sé… - volvió a bajar los ojos – Creo que empatizo demasiado – terminó
Él se acercó a ella y le elevó la barbilla con delicadeza, le cogió el vaso de zumo de la mano y lo puso sobre la mesita del salón. Entonces, la abrazó con firmeza y ella le devolvió el abrazo.
- Hablas de empatizar demasiado como si eso fuese malo – le dijo él, sonriendo. Ella le devolvió una risita y recogió su vaso de zumo.

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