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domingo, 26 de diciembre de 2010

Cine, el 7º arte

Vivir una historia de película siempre es sólo eso, ficción. Que por mucho que se quiera, en la vida real nadie cogerá un avión para buscarte en el rincón más alejado del planeta. Nadie piensa en tí cada décima de segundo, se levanta y se acuesta con tu efigie en la mente. En la vida real el taxi nunca llega a tiempo, o nunca pasa en el momento justo, o no espera a que termines de despedirte de él (o ella). En la vida real, la ciudad por la que paseas solo no es tan bohemia, ni tan luminosa (u oscura), las calles no son suficientemente intrincadas, y nunca empieza a nevar justo cuando te sientas en el banco de forja del parque. En la vida real, no cruzarás miradas con un apuesto desconocido que te seguirá a casa, te mandará ramos de rosas blancas y terminará haciéndote sentir la reina de Saba. Nadie ama de verdad, nadie sabe dar el alma, la vida y la sangre por otra persona. Nadie ama tan intensamente como en las películas.

En la vida real, no se puede ser nunca Pretty Woman, no hay historias como las de Love Actually, no existen los flechazos a lo Titanic ni el empeño y la persistencia de Manecq y Matilde en Largo Domingo de Noviazgo.
En la vida real, nadie está a Tres Metros sobre el Cielo sino con los pies en la tierra; y, muchas veces, hundidos en la mierda hasta la barbilla.

1 comentario:

  1. La capacidad de seguir adelante pese a la adversidad es una característica del ser humano cuando pasa de niño/joven a adulto. Te mereces una buena colleja por una entrada como ésta en medio de la Navidad. Menos mal que espero verte pasado mañana por el hospital. Pienso llevar material de sutura, mucho material de sutura... :D

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