Tu sonrisa es una bandera blanca,
y si hoy se levantasen en armas
todas las máximas de mi mundo, soy
una trinchera vacía, en calma.
Si tú dices cómo ataco, dónde estoy,
puedes contar como otra de las bajas
a este miedo irracional que me come viva.
Y si diezmaste a la armada enemiga ¿qué más da?
descansemos, festejemos, es tiempo de marchar.
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