· Los sueños de toda su vida eran dos: quería ser cantante de rock y hacer giras por el mundo, drogarse y fumar cualquier cosa que se pusiera en su camino y levantarse los domingos a las cuatro de la tarde con resaca. Quería ser decadente, no tener ilusión por vivir y necesitar una raya de cocaína para ponerse eufórica y salir a darlo todo en el escenario. Quería poder apartar a manotazos a sus fans enardecidos, nerviosos, deseosos por conseguir aunque fuera un insulto suyo. Quería follar todas las noches, varias veces, con un chaval distinto, lo más borracho posible para que no la viera llorar cuando estaban a punto de terminar. Quería ser un despojo que ganara millones con sus canciones desgarradas y rápidas, de letras terribles. Quería destrozar su cuerpo, morir joven y dejar un cadáver bonito. Quería ser como Kurt Cobain, como Sid Vicious... pensaba que esa era la única forma de disfrutar de la vida. ·
· El otro sueño es más fácil de conseguir, y resuena en su cabeza todos los días: huesos. Quería ser una de esas chicas jovencísimas que salen en esas fotos traviesas, llevando botas militares y gafas Ray-Ban, con los labios pintados de rojo sin ninguna delicadeza y cortísimas faldas de cuadros o camisetas largas en las que pudiera leerse "FUCK ME, I'M FAMOUS". Quería poner esas caras de hastío o esas sonrisas falsísimas y forzadas que ponían esas chicas, ese aire travieso y rebelde que tanto la atraía. Pero, sobre todo, quería tener sus piernas. Esas piernas huesudas, con esas rodillas horriblemente prominentes y casi cinco centímetros de separación entre los muslos. Quería poder marcarse con un rotulador las crestas ilíacas y las costillas, los hombros y las clavículas. Quería ser Vinila Von Bismarck, Dita Von Teese, Stoya, Annie Lennox, Kate Moss. Quería poner su cuerpo al límite, ayunar durante semanas, adelgazar, adelgazar y adelgazar por el camino fácil, hasta marearse y tener que ir al hospital, hasta que se le cayeran los dientes, hasta ser parte de ese asqueroso río de zorras aborregadas, delgadas y preciosas, felices y rebeldes, bonitas, atractivas y de piernas kilométricas. Estaba un poco hastiada de no mirarse en el espejo cuando salía de la ducha. Un poco harta de andar siempre perdiendo oportunidades, de ser siempre rechazada. ·
En realidad no, su sueño es ser médico y ayudar a la gente a ser más feliz o sencillamente a vivir un poco más y un poco mejor.
¡Vaya! qué poco te conozco, comparto el primer sueño
ResponderEliminarsiempre hay maneras de vivir que se nos escapan, pero bueno, enriquezcamos la que tenemos para que se vuelva un poco de todo
te quieru
Vas por buen camino. No sé si por conocerte viviré más, pero estoy seguro de que estoy al menos cinco pasos más cerca de la felicidad. Y eso repercute en la salud, ¿no?
ResponderEliminar...y los sueños, sueños son...
dios rafa que comentario mas bonito :)
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