Poesía, literatura, pintura, viajes, historia del arte, medicina, política... Un poco de todo y un poco de nada.
lunes, 19 de diciembre de 2011
Que...
Que no, que no lo intentes, que no pasa un solo día sin pensarlo. Que has caído, bonita, tú. Sí, tú, la loba esteparia, la insoportable, la autosuficiente, la mentirosa. Has caído en las garras de un ente multidimensional que cuando te abraza no entiende cómo te hace volar, porque su mirada está demasiado limpia como para entender que detrás de esta melenita a lo marilyn monroe y este piercing en la nariz hay una niña perdida. Demasiado transparente como para ser dañado, que le miras y sientes cómo se te abren las tripas en mil partes como los mil lunares de su espalda que tanto te gusta lamer. ¿Quién te iba a decir que te harías adicta a ese lunar con forma de cometa? ¿quién te iba a decir que pasaría esto, que perderías el caparazón y, con él, el norte?
Que le arrancarías los ojos a cualquiera que quisiera hacerle daño, eso él no lo sabe. Que ojalá todo fuese perfecto, que deseas con todas tus fuerzas y parte de la de las demás hormigas que habitan este mundo despertarte a la mañana siguiente y que se estire, y bostece, y mirarle y ya no saber cuál es tu sitio en el mundo salvo allí, con tus rodillas encajadas tras las suyas y tu pecho en su espalda, y tus brazos rodeándole ese medio centímetro que separa tus labios de su corazón. Que esos veinte minutos que pasan entre que te despiertas tú y él abre los ojos son demasiado como para explicarlo con palabras, que la luz naranja le favorece tanto o más que cualquier otra y que los destellos que se le caen del pelo se funden con tus manos con la misma facilidad con la que os acopláis cuando ya no hay nada más que hablar. Que ya se lo has dicho mil veces, pero no lo callarás: que su sonrisa es como una bandera blanca y tu ya no sabes si rendirte de rodillas o desnudarte y envolverte con la dichosa banderita, porque a veces desearías poder quitarte la piel y poder fundirla con la suya en una sola, para que cada jodido milímetro de tu cuerpo estuviese tocando uno del suyo.
Y qué facil parece a veces enamorarse... puede llegar a ser ese puto único motivo de seguir viva y a la mierda con la autodestrucción.
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se te da de maravilla semi copiar poemas bastante conocidos que rulan por el youtube eh nena?
ResponderEliminarYa está el listillo de turno rondando, y encima anónimo xD.
EliminarPD: De cobardes está el interné lleno.